lunes, 17 de agosto de 2009

Relación del Mito de la caverna con la Arquitectura, el Diseño y la artesanía

Cuando Platón habló metafóricamente sobre la situación de la humanidad frente al conocimiento, posiblemente no se imaginó la trascendencia conceptual que tendrían sus planteamientos, y su honda penetración en ramas del saber distintas a la Filosofía. Así pues, es posible asociar en distintos aspectos el conocido Mito de la caverna, con las Bellas Artes y con disciplinas afines como el Diseño y la Arquitectura.
A través de la historia, las sociedades han comprendido y desarrollado dichas disciplinas en el plano sensible, y es así como con todas sus manifestaciones se le otorga el protagonismo a lo que es perceptible, pero, ¿y lo que hay detrás?, ¿qué pasa con la riqueza del concepto, de la idea generadora? Se tiende a pensar que el significado esencial o la importancia de una creación yacen en su percepto, pero si traemos a colación a Platón, sabremos que son los pensamientos, las ideas, lo que en principio posibilita que se geste cualquier objeto.
En primer lugar y reconociendo el inherente carácter creativo y prospectivo de las disciplinas mencionadas, se encuentra que todas ellas fundamentan y dirigen sus creaciones hacia lo que Platón llamaría mundo sensible, un espacio que para todos resulta ser verdadero y que está definido por las percepciones de los órganos sensoriales. Para Platón, este mundo sensible resulta no ser más que una sombra, una apariencia. A su vez, la esencia absoluta de todas las cosas reposa en el llamado mundo de las ideas, en donde existe una realidad más profunda, más vívida y armónica que la mera apariencia sensible. Así como en el mito un hombre escapa de la cojera de sus percepciones, para encontrar verdades más convincentes, el artista, diseñador o arquitecto, debe abandonar su conformismo creativo y transgredir los parámetros, lo estipulado, para así encontrar nuevos caminos, que le lleven a desarrollar verdaderas innovaciones y no simples novedades.
Por otra parte, si encaramos el hecho de estar atrapados en este plano sensible que en teoría nos limita y confunde, entonces sabremos que siempre habrá algo más allá: teorías por verificar, fronteras por superar, misterios por descubrir; Universos de posibilidades latentes a la distancia de un pensamiento. Todo Creador o pensador formado en la Academia debería estar en capacidad de transitar libremente entre el mundo de las ideas, del que sintetizaría los conocimientos perfectos y precisos, y el de lo sensible, en donde haría surgir nuevos sistemas en beneficio de la Tierra y de sus especies.
En adición, si insertamos dicha idea de creador en una sociedad tradicional y hermenéutica como resulta ser muchas veces el mundo sensible, tendríamos a esa sociedad tildando de loco, demente o chiflado a ese creador, quien se atreviera por causa de sus reflexiones, a mirar un poco más allá, a proponer algo totalmente nuevo y totalmente posible, pero a su vez disparatado para aquellos con su mente encasillada, tras la subjetividad de sus sentidos. En el mito, los demás habitantes de la caverna se burlaron de aquel que pudo ver la verdad detrás de las sombras, pues no conocieron nunca nada distinto a éstas; asimismo las ideas revolucionarias de muchos diseñadores, artistas y arquitectos, pueden llegar a ser menospreciadas en principio y ser halladas como fuera de época, sin embargo, es un deber y una responsabilidad persistir más allá de las críticas, y conseguir realizar todo proyecto de un modo profundo, factible y transformador.

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